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La Biblia declara claramente que el amor de Dios es para el mundo entero. (Juan 3:16)

Pablo enfatizó la importancia de orar por todos los hombres porque «esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad.» (1Tim 2:3-4)

Pedro añade, «Él es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos proceden al arrepentimiento.» (2Ped 3:9)

Si Dios quiere que todos los niños, hombres y mujeres sean salvos, ¿no debe ser también nuestro deseo?


Deseamos ver iglesias en todos partes que deleitan a Dios y sorprenden al mundo.